Blog de viajes Digital Travelers. Relatos y fotografía de viajes: India en moto (2004). Parte 6

miércoles, 7 de enero de 2009

India en moto (2004). Parte 6

Al final, y después de mucho hablar entre nosotros, decidimos devolver la moto cuando llegáramos a Delhi. La pobre estaba hecha un cuadro. Le habíamos dado bastante caña por pistas y la Enfield es claramente una moto para rodar por carretera... así que había sufrido más de la cuenta...
Planeamos ir bajando poco a poco hacia Delhi, devolver la moto, dejar una bolsa con los cascos y algunas cosas más en nuestro hotel del Paharganj y partir hacia el Rajastan con las mochilas.
Creo que acertamos con la decisión. Después de 2 meses con la moto teniendo averías (de un tipo o de otro) en casi todas las rutas, empezaba a ser un poco el viaje de la moto con lo que era el momento preciso y oportuno para hacer un change.

Después de pasar unos días de buena vida por Manali y alrededores (terriblemente recomendados el "momo" del "Chopsticks" y dejarse caer por el bohemio pueblecito de Vashisht que goza de unas vistas impactantes sobre el río Beas) recogimos nuestros bártulos, se los cargamos a nuestra querida amiga (la Enfield) y comenzamos la ruta de bajada a Delhi.

Acabábamos de pasar Kulu cuando ya sentimos el primer pinchazo de la ruta. Ále! A buscar a alguien que arregle el pinchazo... al final llegamos a la insulsa ciudad de Chandigarh con 2 pinchazos reparados en ruta. Hicimos noche en la ciudad menos india de toda India (merece algo la pena el jardín de piedra Nek Chand pero en general es una ciudad que carece de la magia, el embrujo, el misticismo de las urbes indias).

A la mañana siguiente salimos pitando de Chandigarh con ganas de llegar ya a la gran capital de este inmenso territorio. El trayecto, por esta vez, fue viento en popa y a toda vela. Entramos en esta enorme ciudad y preguntando un poco (los indios siempre dicen que sí y te indican aunque no tengan ni idea, es algo cultural, no hay que tomarlo a mal ni cabrearse porque no lo hacen para fastidiarte. Es simplemente algo cultural, intentan ayudar... aunque no sepan, eso es mejor que decir un "no" y más a un extranjero) mirando el mapa un mucho y teniendo bastante suerte (para aclararte en esta ciudad la tienes que tener de tu lado) conseguimos llegar al Paharganj que es donde normalmente nos alojamos (Hotel Relax en Nehru Bazar).

A la mañana siguiente fuimos a ver a Lalli de Inder Motors y le explicamos que ya habíamos tenido suficiente moto y que se la devolvíamos aunque fuera un poco antes de tiempo. No hubo ningún problema, nos devolvió el dinero de diferencia (habíamos pagado todo por adelantado) y todos tan contentos. Nos quedamos un buen rato con él hablando y riéndonos con los detalles truculentos del viajecito de marras. ¡Qué tío más majo!, le recuerdo con su turbante perfectamente colocado como buen sij, su porte elegante y seguro incluso algo altivo (entendido en sentido positivo) encendiendo concienzudamente los inciensos de uno de los pequeños templitos o rincones sagrados que tiene en su tienda. Nos despedimos de él y de la que había sido nuestra compañera de viaje durante los últimos 2 meses, no sin un poco de pena en el corazón. Le habíamos cojido cariño... y ahora la teníamos que dejar... y era para siempre...

Los primeros días por Delhi sin la moto fueron raros. La echábamos de menos. Ahora había que empezar a lidiar con nuestros amigos los conductores de motoricksaw y sus despistes pero eso ya es otra historia...

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